Cada vez son más los emprendedores que deciden formalizar sus negocios. Sin embargo, aún existen quienes comienzan a operar sin haber constituido legalmente su empresa. Esto puede parecer una estrategia para ‘probar’ si el negocio resulta. Pero lo cierto es que omitir este paso inicial puede traer consecuencias importantes.
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Marco legal y la empresa
La ley chilena establece que toda sociedad debe contar con una estructura legal antes de iniciar actividades.
Esto significa que no basta con tener la idea o incluso con comenzar a vender. Es necesario definir jurídicamente el tipo de sociedad, registrar la entidad y luego realizar el inicio de actividades ante el Servicio de Impuestos Internos. Saltarse el orden puede derivar en sanciones, multas y otros problemas tributarios.
Más aún, operar sin estar formalizado impide emitir documentos válidos, acceder a créditos, abrir cuentas bancarias o contratar legalmente a trabajadores.
Pero no se trata solo de evitar sanciones. Constituirla formalmente antes de operar es una forma de protegerse. Una sociedad legalmente formada separa los bienes personales de los del negocio. Si surge una deuda o conflicto, el empresario no arriesga todo su patrimonio.
Genera confianza al ecosistema
Tanto proveedores como clientes suelen preferir tratar con empresas que cuenten con respaldo jurídico.
Lo mismo ocurre con bancos y organismos públicos. Sin contar que muchas oportunidades de financiamiento o subsidios exigen que la sociedad ya esté legalmente constituida.
En resumen, hacerlo al revés es un error común. Constituir primero y operar después es la forma correcta de comenzar. En portales como Soluciona.cl, existen servicios que permiten constituir una empresa de manera rápida, sencilla y sin errores. Porque el orden importa. Y porque un buen comienzo, con respaldo legal, hace toda la diferencia.
En momentos de problemas empresariales, ¡Soluciona.cl está para ti y tu empresa!
