Cuando un negocio enfrenta deudas impagas, la posibilidad de recibir una orden de embargo es real.
Este procedimiento ocurre cuando un juez autoriza la retención de bienes para asegurar el pago de una obligación. En Chile, los embargos pueden afectar tanto a personas naturales como jurídicas, y se aplican como una medida judicial dentro de un proceso de cobro. En otras palabras, no basta con deber dinero: debe existir una demanda formal y una resolución emitida por un tribunal.
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El objeto de embargo
Los bienes pueden ir desde equipos, mobiliario o vehículos de la empresa, hasta cuentas bancarias.
Es una medida seria que puede paralizar el funcionamiento del negocio si no se actúa a tiempo. Sin embargo, no todo está perdido. Antes de llegar a este punto, el deudor tiene derecho a ser notificado y puede presentar una defensa. En algunos casos, incluso es posible negociar directamente con el acreedor para evitar el embargo o pactar un acuerdo de pago.
¡Evita correr este riesgo!
En el caso de las pequeñas y medianas empresas, una orden de embargo puede tener consecuencias graves. Detener la producción, afectar la reputación y generar un círculo difícil de romper. Por eso, es importante actuar con rapidez y asesorarse legalmente apenas se reciba una notificación judicial. Existen mecanismos de defensa y alternativas legales que pueden frenar o revertir el embargo si se demuestra improcedencia o exceso en la medida.

Contar con apoyo profesional puede marcar la diferencia entre perder los activos del negocio o encontrar una salida responsable. En Soluciona.cl, los especialistas en defensa de deudores orientan y acompañan en estos procesos, buscando soluciones reales para evitar el colapso financiero y permitir que las empresas continúen operando dentro del marco legal.
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